una tarde en la playa

Pasar la tarde con una amiga siempre es agradable, y todavía más si es en la playa, por que a parte de agradable, la tarde puede resultar de lo más divertida.
Una buena amiga y yo tenemos la sana costumbre de quedar de vez en cuando para ir a la playa. Ayer fue uno de esos días. Como he dicho, la tarde se prometía agradable, pero lo que no pensábamos es que nos íbamos a reir tanto.

Estábamos las dos en el agua, sacando sólo la cabeza, y eso cuando una ola no nos pasaba por encima. Teníamos una animada conversación sobre lo que nos había pasado durante la semana, cuando de repente oímos un : «de dónde sois?» Nos quedamos calladas, miramos a un lado y a otro, y en eso descubrimos la cabeza de un hombre, bajo un pañuelo blanco, que nos mira y sonríe. Repite la pregunta: «de dónde sois?» Mi amiga y yo nos miramos estupefactas, y por conexión mental contestamos, sin muchas ganas: «de aquí». Pero si pensábamos que siendo nativas perderíamos el interés y nos dejaría seguir nuestra conversación, estábamos muy equivocadas. Él siguió: «venís mucho por aquí? sois de Palma?» Nueva mirada de estupefacción, acompañada de otra mirada de «de que va este tío?» Yo ya me quedo callada, pero mi amiga le contesta, con menos ganas todavía y sin querer parecer desagradables: » sí, de Palma». Nos giramos, nos disponemos a seguir hablando y pasar de él, cuando el hombre vuelve al ataque: «venís en bus?» Ahí contestamos las dos un «sí», que vino acompañado de un mensaje mental de «piérdete» y una reanudación de nuestra conversación, sin dejarle seguir con la suya.
Cuando vimos que ya había detectado nuestra indirecta y se había marchado, nos pegó la risa. Y lo que nos reímos.
De hecho no es la primera vez que nos pasa algo así en la playa a nosotras dos. A veces han sido pequeños comentarios, que hemos oído y a los que no hemos hecho caso. Como hace unos años, paseando por una playa de Alcudia, que nos pitaron desde un coche, y nosotras preguntandonos quien sería porque el coche no nos sonaba de nada. O, sin irse tan lejos en el tiempo, hace cosa de dos semanas, en una heladería, al lado de la playa, mientras pedíamos un helado, oímos un «guapa» bajito por cerca nuestro. Era un hombre ya mayor que se lo decía a mi amiga, mientras la mujer estaba en la mesa esperandole.
Pero para contar es lo que nos pasó el año pasado paseando por esa misma playa, en abril o mayo. Estábamos nosotras hablando de lo nuestro, ya de vuelta del paseo, cuando oímos por detras : «hola, hola». Que piensas si oyes eso? pues que a alguien no le acaba de ir bien el móvil. Pues eso pensamos nosotras. Pero al cabo de unos segundos volvemos a oir: «hola, hola». Nosotras seguimos a lo nuestro, hasta que el «hola» vino acompañado por un «perdonad». El «hola» iba dirigido a nosotras. Dos chicos jóvenes, trajeados, estaban intentando entablar conversación con nosotras. Como lo normal en una zona turística es que te paren para pedirte como llegar a un sitio u otro, nos paramos para ver si podíamos ayudar. Pero resulta que los que nos querían ayudar eran ellos. Y no hay que malpensarse, no, los pobres iban con toda la buena voluntad del mundo: nos querían evangelizar. Debieron pensar… dos chicas solas, en un antro de perversión como es la playa, hay que apartarlas del mal camino. Por supuesto, les dejamos tan tirados como al del pañuelo en la cabeza de ayer, eso sí, intentando ser todo lo amables posible.

Para que veais que una tarde con una amiga en la playa, a parte de agradable puede ser muy, pero que muy divertida 😀

17 comentarios en “una tarde en la playa

  1. Dios bendito? Dos chicos jóvenes trajeados?
    No me digas que los mormones se están envalentonando y ya van a por chicas también!
    La última vez que unos trataron de evangelizar a mi novio salieron por patas en cuanto me vieron acercarme (y eso que no ponía mala cara … creo) XD

    Me gusta

  2. En el arenal era, pero ya te digo que cuando voy sola, que es la mayoría de veces, ni se me acercan. Eso puede ser por varias cosas:
    a) los hombres, y más este tipo de hombres, son como los animales, atacan a manadas y no presas solitarias para tener más oportunidades de obtener un trofeo
    b) consideran que una mujer que llega a la playa, se embadurna de crema factor 50, se mete al agua a nadar, sale y se pone a andar, y cuando se para se pone a leer, no es un buen objetivo para sus planes
    c) seguro que hay una razón c, pero ahora no se me ocurre 😛

    Me gusta

  3. A mi estas cosas no me pasan, se ve que no soy tan atractivo….

    Lamentablente ahora no tengo mucho tiempo (no soy funcionario como otras :-P) pero en cuanto pueda os daré unas pinceladas de un estudio que realice sobre la especie autóctona de la isla: el buitre mallorquin.

    Un saludo!

    Me gusta

  4. Eh, eso del buitre mallorquín, quiero yo enterarme de cómo va! (me ha hecho soltar una carcajada de las gordas a estas horas de la noche…)

    Me gusta

  5. Es uno de los múltiples estudios realizados por este insigne catalán afincado en Mallorca.
    Au pues señor gebo (ya podrías haber buscado otro nombre más bonito :P), aquí esperamos ansiosas su explicación sobre la fauna autóctona mallorquina vista por un foráneo 😀

    Me gusta

  6. No te gusta mi nick? Con lo que me costo encontrarlo…

    Bueno, según un estudio de campo realizado a través de la observación de los individuos del sexo masculino de la isla durante las noches, el buitre mallorquin se caracteriza por:
    – Camisa a rayas o en su defecto, polo/jersey con logo de caballito o similar.
    – Peinado con raya al lado
    – Vaso de tubo en una de las dos manos
    Con esta pinta, semejante especimen, se dispone a atacar a su presa (hembra autóctona o no) bajo los efectos del alcohol. Si no consigue que la presa se rinda a la primera, emprende una estrategia de acoso y derribo hasta que se cansa y ataca a la siguiente presa cercana (normalmente la amiga si van en grupos). Asi hasta conseguir a alguna presa o en su defecto acabar por los suelos con una borrachera de escandalo.

    Para el resto, es hasta divertido verlo en su habitat xDDDD.

    Me gusta

  7. Tan sólo una pregunta, como cambiaría la historia si este personaje hubiera sido de 1.90, moreno con ojos azules y una figura perfecta?.
    Cual sería entonces tú versión de esa tarde …

    Me gusta

    • La respuesta es sencilla:

      tambien existe la especie ‘loba’ y ese individuo seria servido y degustado en cuestion de segundos por ellas.

      Me gusta

  8. Yo me debato más entre el modo pantera y el modo borde

    Modo pantera on
    uuummm cumples los requisitos? por que si es así envía una foto 😛
    Modo pantera off

    Modo borde on
    Teniendo en cuenta que yo sólo ví una cabeza parlante que había bajo el pañuelo. Y teniendo también en cuenta que esa cabeza parlante osó interrumpirnos en una conversación de lo más interesante… te digo yo que puede que luego le hubiéramos hecho algo de caso, pero en esos momentos las miradas de «este tío es tonto o qué?» se hubieran repetido
    Modo borde off

    Me gusta

  9. No es por menospreciar a las lobas, pero siempre me ha parecido mucho más elegante, felina y mortal una pantera negra.

    Respecto a lo del helado…. no le haría ascos si un morenazo de 1,90 y ojos azules me lo trajera a una tumbona en una playa paradisiaca.
    Para que voy a mentir, al helado no le haría ascos en prácticamente ningún caso, al portador del helado… siempre podría sacar mi lado borde después 😛

    Me gusta

  10. A mi siempre me han caido más simpáticas las hienas, será por eso de que se están todo el día riendo :D.
    Pero te tengo que dar la razón en que las panteras son más elegantes, sin que sirva de precedente :-P.

    Me gusta

Deja un comentario